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domingo, 17 de febrero de 2008

Capitulo I Andrés y yo, y mi otro yo.


Los jueves siempre andaba una camioneta gritando con megáfono “Cambio botellas por pollitos” y yo le decía a mi mamá que quería uno, si en la casa teníamos miles de botellas free y de vino (incluso era capaz de apostar que con toda esa cantidad teníamos para una docena de pollos) y a pesar de eso no me pescaban, y todos los jueves era la misma función. El caballero de la camioneta ya me tenia en la mira, sabia que cuando pasaba por afuera de la casa yo salía a mirar, y el me decía 25 botellas por pollo, y le gritaba dígale a mi mamá que me deje, pero mi mamá se hacia la lesa.
Los días martes yo acompañaba a mi abuelita a la feria, y ahí también hacia mi espectáculo de querer un pollo, por que allá los vendían. En uno de esos viajes a la feria mi abuelita me había comprado una bolsita de rafia, para ir de compras (era chiquitita y alcanzaba medio kilo de limones) ella pensaría que así, mi entusiasmo por la adquisición al pollo cambiaria, pero la bolsa de rafia roja con líneas verticales azules, pero la pobre se equivoco. Entonces estando en la feria ella hacia sus compras que casi siempre eran verduras y pescado, y me dejaba en los pollos por que sabia que esa era mi entretención y por lo menos me conformaba con mirarlos.
Pasaron algunos meses y mi abuelita llego con un regalo. Creo que le cause tanta pena cuando pedía un pollo y nadie me complacía. Me regalaban muñecas, si a mi me cargaban. Mi pollo era amarillo (porque habían unos cafesosos) aún recuerdo mi alegría. Mi felicidad era demasiada, le busque una cajita para hacerle una casa, pero mi tío me pasó una radio celeste que estaba desarmada, y ahí le preparé su hogar. Lo cuidaba, le daba comida, y cuando iba al jardín me despedida de el.
Una mañana me desperté y fui a buscar a mi pollo para darle desayuno. Lo busco y lo busco, y nada,no estaba en su hogar,de repente veo al Andrés que me pregunta dulcemente que me pasa?y yo le digo si a caso ha visto mi pollo, y el me díce que no, incluso me ayuda a buscarlo, de repente se pone a reír, una risa diabólica, y sale al patio y yo lo sigo. Tenia en la mano a mi pollo. El criminal lo había matado. Lo había descuartizado y le enterró un cuchillo. Me pongo a gritar y a llorar y el se reía más y más, mi mamá me fue a separar de el, creo que fue como una especie de crisis de pánico. Me dieron agüita con azúcar para calmarme, y el se reía de mi, diciéndome que era tonta, si solo era un pollo, y mas rabia me daba, hasta que llego mi tía y lo castigo. La pena me duro unos días, pero como mi amor por el era superior a un pollo, hicimos las pases y seguíamos jugando como siempre.
Por esos años ya daban el la tv “Superman”, nosotros vimos por parte la película, porque nos aburríamos estar sentados tanto rato. Un día al Andrés se le ocurrió jugar a Superman, y para eso nos colgamos de la espalda una toalla cada uno. Nos íbamos atrás de la casa en donde mi abuelito tenia una rancherita que la altura de esta con el piso era como unos 5 metros, y esto, estaba cubierto de paja. Nos subíamos por la escalera y nos tirábamos .Que era entretenido ese juego, sabíamos que nada malo nos pasaría por que todo estaba cubierto con paja. No recuerdo todas las veces que nos tirábamos. En uno de esos ascenso ,me acuerdo de mi pollo muerto en las manos de este criminal que estaba subiendo detrás mio .Vino mi lado vengativo y recordé todo lo que anhele tener ese animal,todo lo que hinché y todo lo que llore pos su defunsión.Lo empuje sin remordimiento por la escalera. Se cayó, y cayó tan mal que se fracturo el brazo. Yo no sentía pena, ya que hice justicia por mi pollo. Gritaba tanto que llegaron todos. En fin mi primo lo hospitalizaron, lo operaron y tuvieron que colocarle platino en su brazo. Por ahí me empezó a dar pena, ya que no tenía con quien jugar, y después cuando llego andaba con su brazo enyesado. El le decía a todos que yo lo empuje, a lo que yo contra argumentaba que no era así, si no que yo me había enredado en mi capa ( toalla). Como yo era más capa para mentir todos me creían. Hasta el día de hoy todos creen mi versión. Jajaja. Mi primo en la actualidad tiene platino en su brazo, una cicatriz horrible, que se hice un tatuaje para reinventarla y dice que en invierno piensa mucho en mi (por el frio en el brazo) y dice que le dan ganas de estrangúlame igual que mi pollo. Por mi parte como pecas pagas.